Fantasy Football

Ha concluido el periodo de venta de entradas para el público en general de la Supercopa de la UEFA 2009 que se disputará el viernes 28 de agosto en Mónaco.

Sorteo
El proceso de venta de entradas para el público en general comenzó, exclusivamente a través de la uefa.com, el martes 7 de julio y terminó hoy 20 de julio. Las localidades se decidirán por sorteo y no habrá prioridad por haberla reservado antes. Los candidatos afortunados tendrán derecho a un máximo de dos entradas.

Día clave
Los solicitantes serán informados vía mail el viernes 24 de julio de si han sido premiados con las entradas o no. Los candidatos podrán ver el estado de su solicitud registrándose en el portal de entradas de uefa.com a partir del 24 de julio.

Distribución de las entradas
El partido de la Supercopa de la UEFA entre el FC Barcelona y el FC Shakthar Donetsk se disputará en el Stade Louis II a partir de las 20.45HEC del 28 de agosto. La capacidad del estadio para el encuentro entre el campeón de Europa y el vencedor de la Copa de la UEFA será de 18.000 personas, el 75% de ellas reservadas para el público en general y los aficionados de ambos clubes.

Punto de recogida
Las entradas para el público en general deberán ser recogidas por el solicitante en el punto de recogida en la entrada principal del estadio, ya que no serán enviadas por correo. Más detalles serán comunicados a los ganadores. El solicitante deberá presentar una copia de su correo electrónico de confirmación junto con un documento de identidad válido. Barcelona y Shakhtar distribuirán sus entradas directamente entre sus aficionados.

Solicitantes vetados
Las solicitudes realizadas online se controlarán para asegurarse de que nadie con una prohibición para asistir a los partidos de fútbol tenga éxito en cualquier intento de compra de entradas. La UEFA hace hincapié en que las localidades no están siendo distribuidas a través de agencias o intermediarios. La UEFA también alienta a los aficionados a evitar ser atraídos hacia acuerdos de reventa de entradas, que no sólo demandan precios exorbitantes, sino que además, a menudo no están en posesión de los billetes que pretenden tener a la venta.